Hemos llegado a ese convencimiento tras analizar detenidamente tanto en la playa como en la vida cotidiana que los textiles que niegan el nudismo, lo rechazan y lo desprecian, en realidad lo que tienen es un conflicto creado por sus miedos, traumas e inseguridades que hacen que les moleste la presencia de personas desnudas en su entorno, cuando en realidad lo que les ocurre es que envidian a quienes han decidido que en muchas ocasiones en nuestra vida estar desnudo en convivencia con los demás es lo más cómodo, agradable y placentero que se pueda imaginar. Si, envidian a quienes fueron capaces de dar ese paso y liberarse de las ataduras morales que les impide hacer lo que en realidad desearían. Mientras la envidia siga instalada en sus mentes en este asunto seguirán atacando y enfrentándose al nudismo de muchas de las variadas formas que existen.
Realmente nos envidian y eso es muy difícil de superar.
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